sábado, 25 de junio de 2016

CINE Y TECNOLOGÍA, UNA RELACIÓN ESTABLE

Cine y tecnología es casi una relación de identidad. La cinematografía fue en la época de su nacimiento una tecnología innovadora que despertó la curiosidad de las sociedades de principios del siglo XX, para después convertirse en un elemento familiar e indispensable en las vidas de las personas. Es una tecnología que parte de un engaño, de una ilusión óptica, que consiste en pasar fotografías o fotogramas a cierta velocidad para generar en el ojo humano la sensación de movimiento.



Cine y tecnología es casi una relación de identidad. La cinematografía fue en la época de su nacimiento una tecnología innovadora que despertó la curiosidad de las sociedades de principios del siglo XX, para después convertirse en un elemento familiar e indispensable en las vidas de las personas. Es una tecnología que parte de un engaño, de una ilusión óptica, que consiste en pasar fotografías o fotogramas a cierta velocidad para generar en el ojo humano la sensación de movimiento. Es el perfeccionamiento de aquel juguete decimonónico denominado linterna mágica.


La mente humana hace el resto. Las películas suceden en la mente del espectador quien, a diferencia de lo que ocurre con el teatro, establece una relación inconsciente de complicidad con las sombras y luces proyectadas en la pantalla y se sumerge en la historia relatada. Supone una inmersión, una experiencia sensorial total. El cantante del grupo de rock The Doors, Jim Morrison, lo expresaba de esta manera en su libro The Lords. Notes on the Vision:

“El cine no procede de la pintura, literatura, escultura, teatro, sino de la antigua magia popular. Es la manifestación contemporánea de la historia evolutiva de las sombras, el disfrute de las imágenes que se mueven, la creencia en la magia.”
Y al igual que la primitiva magia, el cine reposa sobre la tecnología, sobre la capacidad técnica para crear artificios, tanto delante como detrás de la cámara, que evoquen con la mayor precisión posible otras realidades: mundos del pasado del presente o del futuro, que comparten el denominador común de la inexistencia fuera de la mente y la imaginación del espectador.


La tecnología además ha constituido tradicionalmente un objeto de deseo para la cámara, un motivo que ha dado lugar a grandes obras cinematográficas de ciencia ficción, a veces desde la perspectiva del mero entretenimiento, otras desde la reflexión sobre sus efectos sobre la vida de los seres humanos, a menudo proyectando hacia un futuro imaginado utopías o distopías.

Por otro lado, la veloz evolución de la informática en las últimas décadas, y la proliferación de dispositivos y terminales cada vez más perfectos y versátiles, ha puesto en manos de la gente ingenios como las tabletas o los teléfonos inteligentes, que tienen la capacidad para rodar vídeo y que pueden abrir nuevos caminos en el campo del rodaje cinematográfico.




Estas mismas tecnologías digitales permiten ahora el rodaje de películas sin actores, solamente con muñecos producto del diseño gráfico, que plantean una nueva dimensión al cine tradicional –el de los decorados y los actores-, con la misma capacidad de entretener y emocionar que antaño, pero con un grado de perfección formal muy difícil de superar.

La Evolución Cine y Tecnología:


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